El ciclista criptanense José Andrés Carrasco ha vuelto a superarse participando, por tercera vez, en una de las pruebas más duras y especiales del ciclismo de ultradistancia en España: la carrera Kilómetro Cero, una aventura cicloturista que une Madrid con el punto más occidental de Europa, en Portugal.
La carrera, que este año ha alcanzado su quinta edición, comienza en el Kilómetro Cero de la Puerta del Sol (Madrid) y propone cada año un recorrido diferente con un denominador común: llegar a alguno de los puntos extremos del mapa de la Península Ibérica. En esta ocasión, el destino ha sido el Cabo da Roca, en Portugal, tras un recorrido total de 785 kilómetros, que Carrasco completó con éxito y “más tiempo de sobra que nunca”, como él mismo afirma.
De Madrid a Portugal: sin premios, pero con compañerismo
Una de las características más valoradas por Carrasco es el espíritu no competitivo de la prueba. Aunque se registra el orden de llegada, no existen premios ni trofeos, lo que fomenta un ambiente de compañerismo y ayuda entre los participantes. “Al final, si alguien tiene un problema, se para a ayudar. Es un ambiente muy familiar”, comenta José Andrés, que ha coincidido con ciclistas conocidos de ediciones anteriores y ha sumado nuevas amistades durante el recorrido.
El recorrido de esta edición atravesó lugares como Guadalupe, Mérida, Badajoz, y, tras cruzar la frontera, ciudades portuguesas como Elvas, Coruche, Vilafranca de Xira, Lisboa, Sintra y finalmente Cascais. A pesar del desnivel y las altas temperaturas —especialmente en la zona de Extremadura—, Carrasco se organizó bien y logró completar el reto sin contratiempos importantes.
Cada participante lleva un GPS con el track oficial, que no se puede abandonar. Además, por seguridad, el dispositivo permite saber en todo momento la ubicación del ciclista, e incluso cuenta con un botón SOS para emergencias. “Eso te da mucha tranquilidad, sobre todo cuando haces rutas en solitario”, explica Carrasco.
En esta carrera, cada ciclista se gestiona su propia logística: duerme donde quiere y come cuando puede. José Andrés planeó inicialmente dormir en Guadalupe, Badajoz y Coruche, pero el buen ritmo le permitió adelantar paradas y optimizar etapas. “La autosuficiencia es clave. Tienes que calcular bien dónde llenar agua, porque en tramos como los de Extremadura puedes tener 50 kilómetros sin ver una población”, apunta.
Carrasco también destaca la dureza de algunas jornadas debido al calor y a errores estratégicos, como cuando decidió no parar en Talavera para comer y terminó comiendo pasadas las cuatro de la tarde.
¿Y después de 785 km?
Lejos de terminar su aventura tras la llegada a Cascais, Carrasco decidió alargar su experiencia pedaleando hasta Fátima y luego a Santiago de Compostela, sumando casi 1.600 kilómetros en 9 días. “Me quedaron ganas de seguir, así que me lancé solo a hacer el Camino de Santiago en bici desde Portugal. Fue la primera vez que lo hacía completamente solo, pero fue espectacular”.
Después de esta intensa experiencia, Carrasco ya piensa en su siguiente participación en la Titan de la Mancha, en septiembre, una cita que, como él dice, “es en casa”, y que ha hecho casi todos los años. También está planificando alguna aventura de fin de semana en otoño, aunque, entre risas, confiesa que es otra de sus locuras ciclistas.
La participación de José Andrés Carrasco en el Kilómetro Cero refleja no solo su pasión por el ciclismo, sino también su capacidad de organización, su resistencia física y su afán por disfrutar de cada pedaleo. Un ejemplo de esfuerzo y compañerismo sobre dos ruedas que vuelve a dejar muy alto el nombre de Campo de Criptana en el mapa ciclista.