En una entrevista concedida durante su visita a Alcázar de San Juan, el vicepresidente segundo del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero, hace balance de los diez años de gestión socialista en la región. Subraya la recuperación de la sanidad, la educación y el bienestar social como ejes principales del avance regional, al tiempo que pone en valor el consenso alcanzado con el Partido Popular para aprobar el nuevo Estatuto de Autonomía. Caballero también detalla algunos de los proyectos que la Junta tiene en la comarca de La Mancha, especialmente en Alcázar de San Juan, asegurando que “esta comarca es un motor económico clave en el desarrollo de la región”
Se cumplen diez años de gobierno socialista en Castilla-La Mancha. ¿Cuáles considera los principales logros de esta década?
Sin duda, la recuperación de los servicios públicos. Entre 2011 y 2015 sufrimos un deterioro muy notable, sobre todo en sanidad, pero también en educación y bienestar social. Cuando llegamos al Gobierno en julio de 2015, la prioridad fue revertir esa situación.
Desde entonces, hemos centrado nuestra acción política en fortalecer esas tres áreas. Y los resultados están a la vista: la diferencia con respecto a hace diez años es evidente. Además, lo hemos logrado sin subir impuestos. Mantenemos prácticamente la misma presión fiscal que en 2015, lo que refuerza el valor de lo conseguido.
¿Cómo valora la evolución económica y social de la región en estos diez años? ¿Cuál es la asignatura pendiente?
Aunque seguimos teniendo desempleo, hemos reducido la tasa a la mitad respecto a hace una década. La creación de empleo, la atracción de empresas y la apuesta por sectores como el agroalimentario, la industria y las energías renovables han sido fundamentales.
La gran tarea pendiente sigue siendo el acceso al empleo para quienes aún lo buscan. Debemos seguir apostando por la recualificación y adaptar la oferta formativa a las demandas del mercado laboral.
En un momento de gran polarización política y crispación nacional, ¿Cómo valora el acuerdo entre PSOE y PP para aprobar el nuevo Estatuto de Autonomía?
Tiene un valor incalculable. En un contexto de confrontación constante en la política nacional, lograr un consenso en torno a la ley más importante de una comunidad, como es el Estatuto, demuestra que Castilla-La Mancha va por otro camino. El Partido Popular finalmente respaldó una norma que mejora los derechos y oportunidades de los castellanomanchegos. Y sin su apoyo, nosotros no la habríamos aprobado, aunque tuviésemos mayoría.
¿Ese consenso puede marcar un punto de inflexión y extenderse a otros temas, como el agua?
Debería. En materia de agua, creo sinceramente que PP y PSOE en Castilla-La Mancha compartimos objetivos. Apostamos por un uso preferente del agua del trasvase para nuestra región y por el fin de un modelo obsoleto e insostenible.
Con desaladoras ya en funcionamiento, el Levante tiene alternativas. Este debería ser un punto de encuentro entre partidos.
A nivel personal y después de ocho años como presidente de la Diputación de Ciudad Real ¿Cómo ha vivido y está viviendo el salto al Ejecutivo regional?
La diferencia principal es la escala. Antes mi ámbito era provincial; ahora la mirada es regional. En la Diputación, las políticas tienen un impacto más inmediato. En la Junta, con un mayor presupuesto y estructura, los tiempos son distintos, pero también lo son las responsabilidades. Hablamos de competencias de primer nivel como sanidad, educación o bienestar social.
Ayudas e inversiones en la comarca de La Mancha
¿Qué peso tiene La Mancha como comarca en la estrategia territorial del Gobierno regional en materia de inversiones y cohesión social?
Tiene un peso enorme, tanto en la provincia como en la región. Podríamos hablar incluso de una “provincia de La Mancha” por su identidad y dinamismo. Es un motor económico clave: agroindustria moderna, uso eficiente del agua, energías renovables en expansión y un equilibrio entre el sector agrícola e industrial en municipios como Alcázar de San Juan, Tomelloso, Socuéllamos, Manzanares o Herencia.
-En municipios como Alcázar de San Juan ¿Qué proyectos concretos han recibido el impulso de la Junta durante esta legislatura? ¿Qué otros compromisos tiene el Gobierno regional con el desarrollo socio económico de Alcázar de San Juan en los próximos años?
La ampliación del Hospital Mancha Centro es una de las grandes apuestas. Estamos hablando de una inversión de 75 millones de euros, con más de 5.000 metros cuadrados de nueva superficie y una remodelación de 18.000.
También está el caso del IES Juan Bosco, un centro educativo de referencia en la comarca con más de 1.700 alumnos, donde somos plenamente conscientes de la necesidad de intervenir ante el deterioro de algunas instalaciones, especialmente en la zona de los talleres.
Inicialmente, se adjudicó la obra a una empresa, pero esta abandonó el proyecto, lo que nos obligó a rescindir el contrato y reiniciar el proceso. Ahora estamos replanteando el modelo de intervención, con la idea de construir una nave específica que acoja los talleres. Actualmente estamos a la espera de obtener ciertos permisos, pero nuestro objetivo es que el proyecto quede completamente definido en los próximos meses. Confío en que, para estas fechas del próximo curso, esa nueva nave ya esté en condiciones de acoger al alumnado.
Respecto a la plataforma logística de Alcázar de San Juan, un proyecto largamente esperado, ¿qué puede hacer la Junta para acelerar su puesta en marcha?
Apoyamos el proyecto desde el inicio. Mantuvimos una reunión con el Gobierno valenciano para coordinar su desarrollo con el puerto de Valencia, que es clave. Reconozco que la DANA ha ralentizado todo, ya que ahora las prioridades en Valencia son otras. Pero retomaremos los contactos para dar impulso al proyecto en cuanto sea posible.
Volviendo al inicio y en este ecuador de legislatura, ¿Cuáles son las prioridades para los próximos dos años?
Empleo, recualificación profesional e inversión extranjera, sobre todo en nuevas tecnologías y energías renovables. También queremos culminar las infraestructuras sanitarias en marcha: ya están inaugurados los hospitales de Cuenca y Guadalajara; seguimos avanzando en Albacete y Puertollano, y empezaremos la ampliación del de Alcázar de San Juan.
Y, por supuesto, consolidar el modelo educativo, adaptado a una sociedad plural y con estímulos externos que compiten con el aula. Los docentes están comprometidos, y los resultados son positivos, aunque aún hay margen de mejora.
Finalmente, ¿Tenemos los castellanomanchegos motivos para sentirnos optimistas y creer que estamos al mismo nivel de otras comunidades como puedan ser Madrid o Cataluña?
Sin duda. En derechos, servicios y oportunidades, no somos menos. Incluso, en muchos aspectos, estamos mejor. Tenemos más capacidad adquisitiva media, menos presión del precio de la vivienda, y mantenemos una identidad propia de la que estamos orgullosos.
Los castellanomanchegos nos sentimos profundamente orgullosos de nuestra identidad, al igual que de ser españoles. En un momento marcado por la incertidumbre, la crispación y el ruido político, Castilla-La Mancha representa un ejemplo de estabilidad, sensatez y sentido común. Somos una tierra que demuestra, con hechos, que es posible gobernar desde la moderación y el compromiso con lo público, y que puede servir de referencia para entender cómo debe funcionar la política al servicio de la ciudadanía.